COMACHUÉN, México (AP) — Las remesas que llegan a México – el dinero que envían los migrantes a sus familiares en casa- se dispararon en los últimos dos años y se espera que alcancen los $50,000 millones por primera vez cuando se contabilicen las cifras de 2021.
En muchos lugares rurales como Comachuén, en Michoacán, todas las tiendas, negocios y familias dependen de las remesas.
“Sin estas remesas que los migrantes envían a sus familias aquí en Comachuén, el pueblo no tendría vida”, dijo Porfirio Gabriel, que pasó casi 13 años trabajando en granjas en Estados Unidos y ahora recluta y supervisa gente para ir al norte.
Durante la última década, el porcentaje del Producto Interno Bruto mexicano correspondiente a las remesas se multiplicó, del 2% del PIB en 2010 al 3,8% en 2020, según el gobierno. En ese periodo, el porcentaje de hogares en México que recibieron remesas pasó del 3,6% al 5,1%.
En los primeros 11 meses del 2021, las remesas crecieron casi un 27%. México es ya el tercer país del mundo que más remesas recibe, seguido por India y China.
Por un lado, el aumento fue simplemente una cuestión de necesidad, debida en parte a la pandemia del coronavirus. El PIB de México se contrajo un 8,5% en 2020, y aunque la economía recuperó en torno a un 4,7% en los primeros trimestres de 2021, el crecimiento parece haber frenado y la inflación subió en el último trimestre.
“Cuando una familia mexicana tiene un enfermo o su casa es dañada (…) recibe más. ¿Por qué? Pues porque pide ayuda, básicamente, y creo que en este año ha pasado algo así”, dijo Agustín Escobar, profesor del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social.
En un reporte del blog Liberty Street Economics, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York señaló que “encontramos que unos $24,000 millones fueron a residentes estadounidenses nacidos en México, Centroamérica y República Dominicana entre abril y septiembre de 2020″, cuando empezaron a entregarse las ayudas de pandemia dentro de la Ley de Asistencia, Alivio y Seguridad Económica por el Coronavirus (CARES).
Aunque la gente en Comachuén dice utilizar su dinero para educar a sus hijos e invertir en negocios, los estudios dicen que la gran mayoría de las remesas se utilizan para subsistencia: comprar más comida o medicamentos, o electrodomésticos necesarios como refrigeradores.
También hay un extraño paralelismo: los mayores flujos de remesas van a los estados mexicanos más castigados por la violencia, como Guanajuato, Zacatecas, Jalisco o Michoacán.
Las personas que reciben fondos del extranjero se convierten en blanco de los criminales, lo que siembra miedo y hace que más gente emigre.
—